domingo, 24 de mayo de 2009

Mayo del alma

Mayo tiene nombre de mujer, es femenino, es olor a rosa. Es un mes signado en el que recuerdo que murió el poeta sin destino, pero que nos refrescó lo que nos rodea. Mayo es como un simbronazo o un pellizco en el dedo pequeño de la mano izquierda. Mayo es lo que quiero compartir contigo...
Cuando estás fuera de tu pueblo sientes esto que con atino y en buen momento escribió nuestro poeta muerto. Un buen legado para tener siempre a la mano:


Cereté de Córdoba


Laberinto de adioses que vieron una lágrima
Sol
Tanto sol que a veces he olvidado sus noches
Sol sobre los tejados y los transeúntes presurosos
Pero también sombra bajo el sombrero del cielo
Sombra en las higueras del parque Y a veces dulce sombra en las palabras de un amigo
Laberinto correteado por mi niñez de siempre
La de palomas moradas en el campanario y en las manos de los niños cuando Fátima la
Virgen paseaba su pureza increíble en una paloma de algodón del tamaño de una casa
Y parecía sonreír
Y el discreto milagro de las palomas sueltas de nuestras manos ¿Recuerdan Zuni Sara Thelba Rosalía Manuel María Auxiliadora Narcisa Daniel Joaquín Susa Martha?
¿Recuerdan? Volaron todas hacia ella Y la arrullaron
¿Recuerdas Alba que estabas disfrazada de ángel
y se te cayeron las alas?
Al pueblo lo divide un río que refresca la resolana y la memoria Y que es manso como los cereteanos buenos
Porque también hay de los otros
Allí amé dos veces al Amor
Y el amor dijo una vez que sí
Y otra vez que no
Que ni para el putas
Allí tuve una casa de techumbre pajiza con agujeros en lo más alto
Por donde el viento se colaba trayéndome noticias del universo
Allí tuve una familia que amaba el arte y la naturaleza
Y que hoy muertos los viejos anda suelta por el mundo
Allí soné escribir y cantar Soné llevarme a Cereté de Córdoba a otros lugares Deletreado en un blanco papel
A que gentes de otros ámbitos conocieran sus noches estrelladas
De espermas de fandangos cuando la Candelaria
Y esa alma gentil y bondadosa de ustedes mis amigos
Que saben con una botella de ron blanco entre pecho y espalda prometer este cielo y el otro Los amo más en el exilio
Los recuerdo con un sollozo a punto de estallar en mi loca garganta He aquí la prueba

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